top of page

Actualizado: 3 jul 2023

Desde libros hasta figuras decorativas pasando por plantas, velas y marcos de fotos. Son tantos y tan variados los objetos que acogen las baldas de las estanterías que, en muchas ocasiones, el caos se apodera de ellas. Para evitarlo, es importante cuidar qué poner y cómo colocarlo, ya que de lo contrario nuestra estantería, más que ayudarnos a mantener el orden, se convertirá en un foco de ruido visual. Esto no quiere decir que tengamos que renunciar a las valiosas zonas de almacenaje que nos ofrecen librerías y estanterías, sino que debemos buscar un equilibrio entre orden y estética, o lo que es lo mismo colocar los objetos de manera decorativa. Y aquí te vamos a contar cómo hacerlo.

La clave está en el equilibrio No nos engañemos: la estantería es un mueble funcional, cuya principal finalidad es solventar la escasez de zonas de almacenaje de una estancia, ya sea el salón o el dormitorio. Precisamente por eso, es muy tentador llenar sus baldas de todo tipo de objetos, sin cuidar ni el qué ni el cómo. Esta es la primera lección una decoración con éxito: no hay que sobrecargar la estantería, pero tampoco tiene que verse vacía o desangelada. Procura repartir el peso visual, es decir, evita poner los libros u objetos más voluminosos juntos, deja que “respiren”. También es importante que el look de la estantería siga la misma línea decorativa del espacio donde se encuentra. Existen muchas fórmulas para agrupar los libros y crear un conjunto armónico. Quizás la más decorativa sea recurrir al color de las portadas y dejar que cada una de las tonalidades gane peso. Pero ¿qué pasa si tu colección de libros es de lo más colorida? En este caso, puedes forrarlos con papeles en los tonos que desees, eso sí, sin abusar, o pasar de la gama cromática y colocarlos de una manera funcional por tamaños o temáticas.


Propuesta monocromática Hace unos años empezó a ponerse de moda el hecho de colocar los libros al revés, es decir, con las hojas a la vista y no los lomos. Una idea poco práctica, pero sí muy efectiva para crear sensación de orden y armonía, especialmente cuando los ejemplares son de muchos colores diferentes.

Sea cual sea la forma que elijas para colocar los libros, lo ideal es alternarlos con objetos decorativos que den dinamismo. Eso sí: si te apuntas a la tendencia de esconder los lomos de los libros, procura escoger los adornos en colores naturales muy suaves como blancos, beis o tostados. Y si no, juega con dos o tres colores distintos, no más.



Crea bodegones Si eres de los que cada vez tienes más libros electrónicos y menos de papel, corres el riesgo de que tu estantería se quede algo “triste” y pierda interés visual. Para evitarlo, crea pequeños bodegones de adornos siguiendo la regla del tres, y repártelos por las baldas de tu estantería. Está demostrado que las composiciones con números impares, especialmente con tres elementos, resultan más atractivas al ojo, ya que crean conjuntos simples, bellos y llenos de armonía. No temas mezclar todo tipo de objetos (jarrones, marcos, figuras decorativas, alguna plantita…), pues de este modo te asegurarás contar con formas, materiales y alturas diferentes. Añade elementos vegetales Entre tus libros y la selección de adornos elegidos con mimo, no puede faltar, al menos, una planta como si de un elemento decorativo más se tratara. Además de poner el toque verde, las plantas aportarán nuevas texturas, contribuirán a despertar el interés por el conjunto y purificarán el aire. ¿Sabes qué plantas quedan genial en las baldas de una estantería? Desde pequeños cactus y crasas hasta especies colgantes


Esconde los elementos menos bonitos Fíjate como objetivo que nada afee el resultado final. Así que, si vas a aprovechar la estantería para guardar papales, facturas o documentos, agrúpalos primero en carpetas o archivadores –importante: que sean todos del mismo color–, y colócalos en las baldas inferiores. Cajas y cestas también te resultarán de gran ayuda para guardar pequeños objetos poco estéticos. Coloca objetos que tengan cierta presencia Otra idea para decorar la estantería es alternar los libros con jarrones, esculturas o cuadros que tengan un tamaño proporcional a las dimensiones de los estantes. Si tiendes a acumular objetos pequeños, el espacio parecerá desordenado. Por eso, lo ideal es agruparlos, bien en bandejas, bien en cajas o cestas del mismo estilo y material.


Juega con la geometría Para que tu librería proyecte una imagen más dinámica y atractiva, no pongas todos los libros en vertical. Reserva algunas baldas o estantes para colocar cuatro o cinco libros apilados. Y si no son del mismo tamaño o longitud mejor: lograrás un look muy moderno y ordenado. Aprende a iluminar la estantería Contar con una buena iluminación es requisito indispensable para poder consultar un libro por la noche sin necesidad de forzar la vista. Pero además, te ayudará a crear sorprendentes efectos decorativos. Para ello, tienes a tu disposición una gran variedad de opciones: desde lámparas de pinza hasta puntos de luz montados sobre un raíl y orientados hacia el mueble pasando por apliques o focos colocados sobre la estantería.

Lo último, librerías retroiluminadas Una iluminación a base de tiras de LED integradas en los estantes de la librería te ayudará, no solo a encontrar el libro que buscas y destacar los objetos decorativos que tengas en las baldas, sino también a crear una atmósfera cálida y agradable en a estancia. Además, su instalación es muy sencilla, consumen menos energía que las bombillas incandescentes y emiten poco calor, por lo que se pueden utilizar en espacios reducidos.

Foto del escritor@stockinteriores321

Actualizado: 3 jul 2023

Las texturas son agradables al tacto, las fragancias para el olfato, no obstante, el color, un elemento visual, es definitorio al configurar una decoración que nos enamore y nos haga sentir bien. Y como la expresión de “para gustos, colores” no podría ser más cierta, en una casa en la que convivan varias personas habrá que llegar a un consenso porque no a todas las personas les transmite lo mismo una tonalidad.





Color, una herramienta inigualable

Transmitir sensaciones y crear espacios únicos son dos ingredientes indispensables a la hora de decorar cualquier estancia de nuestro hogar; el color nos ayuda a conseguirlo de forma sencilla y eficaz. Es capaz de transmitir frescura o calidez, de cambiar el estado de ánimo y de modificar las características de un espacio. Asimismo, incide en la luz de cualquier estancia creando volumen. El color es capaz de dar un aire nuevo a cualquier espacio de nuestra casa sin muchas complicaciones.



Los colores, fuente de emociones

Las distintas paletas de color, si bien para cada persona tendrá connotaciones distintas, sí que es cierto que transmiten por lo general estas sensaciones en la decoración de interiores

Rojos: Energía, acción, aunque es mejor emplearlo con mesura, porque también nos hace estar en alerta, sobre todo si es una tonalidad muy encendida.


Verdes: frescura, naturaleza, esperanza y tranquilidad. Por otra parte, no hay un mejor color que indique ecología.


Azules: Sosiego, relax, quietud. Por el cielo y el mar, también se asocian con la naturaleza.


Naranjas: Energía, activación y hasta sensualidad.


Marrones: Tierra, enraizamiento.



Rosas: Dulzura y delicadeza en sus variantes pastel y amor y amistad siempre, incluso en sus tonalidades más vibrantes como el fucsia.


Amarillo: Luz, felicidad, fuerza.


Neutros (cremas, blancos, negros, grises): pureza, limpieza, paz, virtud. Respecto al negro, aparte de generar una atmósfera de misterio y elegancia, también puede vincularse con el vacío y la soledad.



El arte de combinarlos con acierto

Considera que el color y su uso no tiene ningún misterio, más allá de estudiarlo y practicarlo. Solo sigue estas reglas básicas para obtener un resultado acertado:


Conocer el círculo cromático. Si no te suena y te interesa busca información y aprende cómo funciona.


Juego de antagónicos: Seleccionar y combinar colores opuestos del mencionado círculo. ¡Dinamismo al poder! Por ejemplo, crean ambientaciones exitosas el azul mezclado con naranja, el amarillo con morado y el verde con el magenta, además del clásico y siempre elegante blanco y negro.


Contrastes sutiles: los tonos arriba y debajo de un color. En el caso del rojo sería juntarlo al fucsia, al naranja o al amarillo. Aunque hay dinamismo, es menos marcado que en el caso de los contrarios.


Esquema monocromático: escoger un único color y jugar con diferentes tonalidades dentro de la gama, para generar espacios muy equilibrados. Una pauta en calma es la del verde manzana con otra tonalidad pálida menos vibrante o incluso con algo de matiz azul.



El carácter lo define la estancia

Las estancias que nos piden calma siempre son las que se dedican al descanso, al relax. No está reñido con el color, es decir, podemos tener un dormitorio que nos transmita calma y el cabecero ser de color azul noche. Solo hay que saber cómo aderezar el resto de la habitación para conseguir esa sensación de equilibrio y armonía que nos transmite calma, el interiorista debe ayudarte a lograrlo.

La fórmula para transmitir relax a un espacio pensado principalmente para el descanso es que domine un color relajante (neutros, azules o verdes, por ejemplo) y aplicar tonos más arriesgados o intensos en pequeñas pinceladas, como los cojines o un complemento tipo un cuadro.


En las estancias más vibrantes que requieren activación y un plus de energía, como el comedor, el cuarto de juegos, el recibidor e incluso la cocina, se pueden aplicar combinaciones de color más vistosas, precisamente para que estimulen nuestra productividad.



Rebajar la frialdad o bien la calidez

Dentro del esquema de color existe la gama de los fríos (tales como el blanco, el verde, el azul o el lila) y los cálidos (entre los que, entre otros, se engloban los rojos, amarillos, naranjas o marrones) y sin duda resulta interesante mezclarlos para conseguir ambientes llenos de matices en los que no reine únicamente la frialdad o la calidez.


Todo decorador con cierta experiencia sabe que hay colores fríos que tienen calidez (un blanco con un pequeño matiz amarillo, por ejemplo) y colores cálidos que transmiten frescura (así, un azul podemos hacerlo más cálido o frío dependiendo de la tonalidad y saturación).


Cuestión subjetiva

Es un hecho, cada color transmite sensaciones diferentes dependiendo de la persona que lo observa, así que en este aspecto no hay verdades absolutas. Las emociones que provoca un color dependerán de quien lo reciba y el recuerdo que tenga asociado a él. Entonces, ¿cuál es la clave para acertar aplicando el color en la decoración? Cuando aquel color (o conjunto de colores) nos hace sentir bien. Lo importante es jugar!

Actualizado: 3 jul 2023

La mayoría de las veces nuestro día a día no nos permite disfrutar todo lo que queremos de nuestros hogares. Después del confinamiento que tuvimos que vivir durante el COVID, el tener que pasar tantas horas en nuestros hogares; ello ha hecho que seamos más conscientes de las carencia que tiene nuestra vivienda. Hemos podido comprobar en primera persona los aspectos buenos y los “malos” de nuestras estancias. Sin ir más lejos, el salón es uno de los pulmones de nuestros hogares, un espacio polivalente donde pasar tiempo con la familia, una estancia donde recibir amigos; a la vez, uno de los lugares perfectos para descansar y relajarse. Tener un salón cálido, no solo se tiene que buscar en las épocas de frío. A veces cuesta diferenciar lo cálido que se asocia al invierno a la sensación de confort y calidez que queremos que transmita nuestro salón, este debe perdurar todo el año, independientemente de la estación en la que nos encontremos. Hoy queremos hablarte de cómo hacer que tu salón sea acogedor y transmita mayor sensación de hogar; esa agradable sensación que te invita al relax, que transmite comodidad, que te hace sentir a gusto y que consigue que cualquier invitado “se sienta como en casa”. Es verdad que cada caso es distinto, el tipo de vivienda en la que vives, tus gustos y personalidad. Aun así, para conseguir esta agradable sensación en tu salón, son varios los factores y elementos que debes tener en cuenta. Desde Stock interiores queremos mostrarte los diferentes aspectos que debes tener en cuenta para que tu salón transmita personalidad, calidez y confort.


Tonalidades cálidas Para que tu salón transmita una agradable sensación de calidez, los colores que utilices para decorarlo son claves. Inspírate en las tonalidades de la naturaleza, los colores tierra, amarillos, mostazas, granates, tejas, verdes, anaranjados, etc. Eso no significa que debas pintar todo el salón con uno de estos colores, puedes utilizar una base neutra y añadir pinceladas de color en los textiles y complementos que van a decorar tu estancia. Tener un salón acogedor no es sinónimo de recargar el espacio; sino de saber elegir y escoger aquellos elementos y colores que ayudarán a dar sensación de hogar a la estancia.


Sí a la madera La madera es uno de los pocos materiales que en solo verla transmite esa agradable sensación de calidez y confort que tanto ansiamos tener en nuestros salones. Para tu salón son muchas las soluciones que tienes para incorporar este material; desde optar por un parquet de madera, revestir una pared o techo, en tus puertas, o bien, como material para tus muebles o auxiliares. Su presencia supone uno de los mayores recursos para dar calidez a tu salón. En función del tamaño de tu estancia incorpórala con mayor o menor medida; no se trata de recrear una cabaña alpina; sino de añadir toques confortables.


Alfombras Este complemento textil no solo se debe utilizar para las estaciones de más frío; las alfombras son para todo el año. Además de ser un buen aislante térmico y acústico, ayudan aumentar la sensación de confort y calidez de tu salón. De piel, en la lana, de fibras naturales; cualquier opción es buena para crear un ambiente agradable y acogedor.


Textiles con texturas Otros elementos que no pueden faltar en tu salón para darle esta sensación de hogar que todos queremos son los textiles. Las cortinas, cojines o plaids, tienen la capacidad de cambiar por completo la apariencia y sensibilidad de una estancia. Para añadir un plus de confort a tu salón, utiliza tejidos con texturas, además de ser decorativos ayudan a enriquecer la decoración de tu sala. Mallas, mohair, tejidos naturales, fibras naturales; todos ellos se van a convertir en tus aliados para tener un salón que transmita calidez.


Iluminación envolvente La iluminación, es un factor clave para conseguir que tu salón sea cálido y acogedor. Muchas veces, no se le da la importancia que se merece, pero si tu salón no está iluminado correctamente, nunca se conseguirá que transmita una agradable sensación de bienestar. Aquí debes tener en cuenta la luz natural de tu estancia, esta ayuda a que una estancia sea más agradable; pero no es la única. Además de la luz general que tengas en tu salón para poder desempeñar correctamente las diferentes actividades, es imprescindible crear una iluminación envolvente. ¿Cómo? Utiliza luces regulables para cambiar el ambiente según el uso que le vas a dar. Las luces indirectas, son otra solución perfecta para crear una atmosfera acogedora en tu estancia. Y por último y no menos importante, complementa tu estancia con luces decorativas (guirnaldas de luces, velas, etc.) ellas ayudan a dar un plus de confort. Un factor importante a tener en cuenta en la iluminación, es el tipo de bombilla que utilices. Como bien sabes hay un amplio abanico de temperaturas de luz. Para conseguir un salón confortable utiliza bombillas de entre 1000-3000 Kelvin (unidad en que se mide la temperatura de la luz).


Añade vida a tu casa con flores y plantas Los elementos naturales te permiten añadir calidez a tu salón; además de conectarte con la naturaleza. Las plantas y las flores naturales tienen la capacidad de crear una atmosfera “hogareña” y ello es clave para sentirse bien en casa. Además, estos elementos naturales aportan vitalidad, color y aromas a tu estancia.


Para mas ideas acércate y te asesoraremos en detalle.

bottom of page