Claves para montarlo: Una distribución a medida, una iluminación adecuada y un estilo propio lograrán un espacio cómodo y funcional, capaz de recuperar su lugar protagonista en la casa
El comedor uno de los espacios más importantes de la casa, alrededor del cual se establecen reuniones de amigos, se celebran fiestas o se reúne la familia al completo. En las viviendas de grandes dimensiones poseen un lugar propio, mientras que en el resto debe compartirlo con el salón, sin perder su propia identidad. Para diferenciarlo, puedes hacerlo con la disposición de los muebles simplemente; jugar con un cambio de pavimento; limitarlo visualmente con una alfombra o destacar una pared con un color diferente. Eso sí, en viviendas de pocos metros, lo ideal es distinguirlos sutilmente, para que no se empequeñezcan ambos espacios. Descubre cómo hacerle recuperar su trono perdido, para que estas fiestas puedas sacarle partido y lograr que sea funcional y cómodo.
La mesa, a imagen y semejanza del espacio
La mesa, por su tamaño, es el elemento alrededor del cual se organiza el resto de componentes. Por eso, ante todo es que reproduzca la forma del espacio. Es decir, si es rectangular, apuesta por un modelo alargado, mientras que si es circular, uno redondo. Este es el primer paso para lograr armonía. Ten en cuenta que entre la mesa y la pared o el mueble más cercano debe haber unos 120 cm, para que se pueda circular alrededor cómodamente. A la hora de saber el número de comensales ideal para tu mesa, piensa que cada uno necesita un espacio de unos 65 cm, 10 cm más si la silla tiene brazos, para poderse mover libremente. Otro aspecto fundamental, y que a veces se nos olvida, es la altura de las sillas. Para equilibrar ambas piezas y que se coma a gusto y cómodamente debe haber una diferencia entre la altura del asiento y el sobre de la mesa de 20 cm.
Luminarias de suspensión para ver y que te vean
Contar con una buena iluminación es clave para conseguir un espacio perfecto, donde sentirse a gusto e, incluso, realzar algunos platos. Poder ver la comida y a los comensales es fundamental, eso sí, sin deslumbrar ni crear efecto de feria. Las luminarias de suspensión sobre la mesa son el aliado perfecto. En líneas generales, en las mesas grandes debe colocarse una luz central y en las mesas rectangulares, luminarias más grandes, como una fila de lámparas colgantes. “Para una cobertura óptima y evitar deslumbramientos incómodos, deben quedar suspendidas al menos a 75 cm de la mesa. A partir de ahí puedes ajustar la altura hacia arriba, en función del estilo de la lámpara, el tamaño de la mesa…”, puntualizan desde Philips. No olvides que la forma de la mesa también determina el tipo de lámpara.
El lugar de la casa con estilo propio
Evidentemente si comparte espacio con el salón, debe seguir la misma línea decorativa que él. Sin embargo, si son espacios independientes, con puertas y tabiques que los separen, puedes dejarte llevar por tu inspiración y crear un espacio más personal. Al margen del estilo nórdico, un acierto siempre por su sencillez y belleza natural, o el colonial, lleno de encanto y calidez, puedes apostar por la sofisticación del neobarroco, con las formas redondeadas, el oro (tan de moda) para algunos de sus elementos y una pincelada de arte; seguir los dictados del clasicismo actualizado, elegante y versátil; o arriesgar con la mezcla y hacer de lo ecléctico su razón de ser.
Todo vale, siempre que se establezca cierto equilibrio con el resto de la casa y con tu estilo personal. La armonía no está reñida con la audacia.
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